Mitad hombre, mitad lobo. Con la intención de comer algún imprudente, atraviesa lugares por los que pasamos los humanos. Si atendemos a los pastores de Aizkorri, la mayoría de los asesinatos en las proximidades podría imputárselo a Gizotso, aunque las autoridades oculten datos para alejar el miedo.
En otros países europeos también se difundieron leyendas sobre Gizotso, ¿no? Y allí tiene mucha importancia la luna.
LEYENDA
Un vecino del municipio de Valcarlos, Martín Alustiza, tras levantarse como siempre antes del amanecer y ya finalizadas las tareas, decidió trasladarse al municipio de Auritzberri, ya que era día de mercado.
Después del mercado y mientras permanecía sentado en la plaza del pueblo junto a una persona de la localidad, volvió a escuchar una historia que nunca antes le llamó la atención y que conocía desde muy joven. Y con la mente más abierta que las anteriores veces empezó a escuchar esas palabras. Se trataba de un animal sanguinario e insensible que arruinó el municipio hacía varios quinquenios. Para unos sólo pasaron dos quinquenios, para otros ya habían pasado cinco o seis. En cualquier caso, creo que nadie sabía exactamente a qué fecha se referían.
En la charla, y entre otros datos presentados, se comentaron algunos montes cercanos. En ellos vivía, al parecer, el ser humano que lo definían como una mezcla entre hombre y lobo. Caminaba sobre las patas traseras y atacaba a los animales que encontraba en su extensa tierra. Por el contrario, decían que también estaba acostumbrado a comer carne humana.
Le llamaban hombre lobo, que aparecía con grilletes rodeando las muñecas y, según decían, no se conocía a ninguna persona que sobrevivió a su ataque porque era muy salvaje. Así lo comunicó Martín Alustiza a sus herederos.
Texto escrito por Aritza Bergara Alustiza